la verdad: soy esto. Sin esto no soy nada.

Uf...
parece que este blog no comenzará bien y, por desgracia, lo veo con un futuro a "diario de adolescente pelotudamente bulímica y depresiva hasta el suicidio"...

Hoy me siento para el ogt...disculpen, pero realmente es así. No soporto más pasar mis días vomitando: ¿una chica de mi edad no tendría que estar pensando en amoríos imposibles, moda, estudios o cualquiera de esas pavadas? Tal vez esto también sea una pavada...pero me está acercando más a un nuevo intento, ya no quiero seguir luchando. Duele. Duele mucho.
¿Cómo explicarle a alguien qué es lo que se siente cuando tu alma agoniza?
¿Cómo lograr que alguien entienda lo que vivo día a día?
¿Existe alguien que realmente me escuche? ¿Qué no le salga por la cabellera asquerosa lo que trato de que termine en su mente?

Acá me presento: he engordado. Solía tener un poco de sobrepeso, llegué a tener obesidad, volví a bajar y estuve en un peso totalmente normal....para los médicos!
Yo no me quería, me odiaba...el psiquiatra me decía que mucho más no podía bajar porque era insano. Ja! y pensar que yo le decía que quería pesar 55 cuando lo real era que quería unos 45.
Y sí, he vuelto a subir y a bajar y a subir y a bajar. Ese espiral de mierda, de dolor, de acidez en la garganta, ese sabor a desesperación que permanece en mi y ese dolor penetrante, agudo y perforante que le gusta tener a mi garganta.

Pero así es, a una persona gorda, obesa, asquerosa (aunque el médiquito dice que no lo estoy) nadie le cree que vomita. Mucho pero muchíiisimo tiempo lo oculté, lo tapé, lo escondí a más no poder, con miles de mentiras perfectamente ideadas, logrando no comer estando almorzando con mi madre que no dejaba de mirarme. La comida desaparecía (tendría que desenvolverme como mago, bruja o una linda hadita...ja!).
Horas y horas diarias de gimnasia que atentaba contra mis músculos, mentiras que iban cocinando (ja!) aquel calvario en mi mente. Hervía a más no poder. Mi mente se quemaba. Yo me destrozaba. Mi vida no existía y ahora solo la veo como a una condena que nunca terminará.
Ahora mismo he decidido pedir ayuda porque vomitar 3 veces por día no es vida. Sufrir, no salir de casa, no poder pisar la calle si no me peso al instante siguiente a sacar mis pies de la cama, llorar desesperada cuando me toca salir de casa, mirarme en cada maldito reflejo de la calle. Sí, camino mirando hacia la pared...un día de estos me voy a llevar puesto un arbol.

Cómo evitar vivir ideando maneras de vomitar mejor, planes totalmente detallados para volver a intentar eliminarme.
Caer internada en un psiquiátrico otra vez: eso veo en mi futuro.
O una tumba al lado de la de mi madre....no lo sé.


Estoy cansada de estar internada, estar en hospital de día por casi un p*** año, ir a psicólogos y psiquiatras como principal actividad semanal...y, sin embargo...sin embargo, nadie logra llegar a entrar dentro de mi cabeza como para vislumbrar aunque sea el reflejo de lo que es mi calvario, mi supuesta llamada "vida".


Hoy no resisto más. Hoy quiero que todo acabe. Hoy sé que no hay salida.
Maldito sea el dia en que conocí el espejo. Comencé a oir a la gente.



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